Mucha parte de mi historia como ser humano la he dedicado a
apoyar a quienes buscan (incluida yo) un nuevo camino para nuestros hijos,
donde se retome la felicidad como meta para el disfrute de la vida. Y en ese camino he tenido la fortuna de
amasar sueños, crear ilusiones y compartir aprendizajes.
Hoy haciendo reminiscencia de lo que ha sido la historia de
uno de los proyectos que mas a marcado mi vida personal y profesional - Conexiones, me hizo sentir de
nuevo cómo soñar y seguir esos sueños es tan fácil si se tiene la convicción,
la emoción, la fuerza y la fortaleza de luchar por ellos superando los momentos
difíciles y maximizando los buenos momentos.
En el día a día, el sabor de los éxitos se convierte en
motor que ayuda a dar fuerzas para andar por caminos “arrugados”, y cuando ya los ves lejos, quizás olvidados, traerlos de nuevo a la vida te hacen sentir
que todo es posible, que la ilusión
puede continuar y los sueños pintarse con nuevos colores y texturas.
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